Por Renata Lemenz
Quien aún no conoce al Pacha González debería hacerlo pronto. Simpático, creativo y sencillo. Por si fuera poco todo eso se refleja en sus temas. Su música es honesta y sin pretensiones. Autor de tangos que llegan directo al corazón como Mataderos, El tango interminable, No sé vivir, Casas, solo por nombrar algunos. Con tres discos editados y un nuevo EP recién salido del horno nadie tiene excusa para no ir a buscarlo, darle play y sumergirse en su mundo de canciones. Pianista, letrista, cantante, compositor, el orden de los factores no altera el producto. Creador de Casa Cardoso, un espacio recientemente inaugurado en el barrio porteño de Floresta y listo para recibir y compartir la música y otras artes. Charlamos profundo, largo y tendido, intentando alejarnos de lo efímero que nos rodea y ahoga en el cotidiano.
¿Hace cuánto hacés música?
Música en el sentido de empezar a estudiar 30 años más o menos. Empecé a estudiar de adolescente y al poco tiempo estaba haciendo una banda con algunos amigos y así aprendí mucho también, tocando con amigos. De pronto iba y tomaba clases con algún profe pero puntualmente para aplicarlo en los grupos en los que estaba tocando.
Claro, y esta música que empezaste haciendo ¿qué era, rock? ¿Qué instrumento tocabas?
Sí, grupos de rock con algunas influencias de Charly, de los grupos de Charly de los ‘70, un poquito de rock progresivo, de mucha influencia beatle, ese tipo de cosas. Yo tocaba el teclado.
Y después ¿cómo fuiste llegando al tango? ¿Es una música que estaba presente en tu vida, que se escuchaba en tu casa? ¿O en que momento llegó a vos y dijiste voy a empezar a hacer tango?
En mi casa no eran tangueros. Se escuchaba un poco porque sonaba en la radio, de pronto en la radio que escuchaban mis abuelos. Yo lo que recuerdo como primera influencia así fuerte del tango es que a mí de chico me emocionaba mucho Gardel, las canciones de Gardel, cómo las cantaba, todavía recuerdo esa sensación. Eso me provocaba una impresión bastante fuerte. Yo de chico en general me emocionaba bastante con las músicas que me gustaban, tenía una relación bastante emocional con la música. Debe ser por eso que después me dediqué a hacer música. Después al estudiar piano empecé a descubrir que el tango era una linda música para tocar en el piano entonces eso hizo que me acerque más al tango. Tengo bastante mala memoria para los relatos cronológicos de cómo me van sucediendo las cosas pero sí me acuerdo mucho, allá por los ’90, de escuchar un disco de Virgilio Expósito que sacó Melopea. Era él con el piano cantando sus canciones y me voló la cabeza. Ese formato así tan íntimo, cantautor, era algo que yo no había escuchado nunca. Quizás lo había hecho Rubén Juarez con el bandoneón pero yo creo que en ese momento no lo conocía y aparte lo de Virgilio, el hecho de que sea desde el piano, el hecho de que sea sin ser cantante, eso también me llamó la atención porque siempre el tango tuvo una tradición de voces trabajadas ¿viste? voces engoladas. Más allá de que después salió un tipo como Goyeneche que cuando se fue quedando sin voz hizo de eso un estilo ¿no? Pero en general el tango siempre fue un estilo de voces prolijas. Y este tipo en el piano tocando así medio a lo bestia, con una voz muy gastada y haciendo sus canciones que eran hermosas, con las letras del hermano, me voló la cabeza. Hace poco lo volví a escuchar y me di cuenta que hay varios temas feos, a mi entender, que no me gustan, pero hay dos o tres que justifican todo. Yo en esa época andaba laburando en el centro de cadete y todavía no existían los aparatos estos (hace referencia al celular) entonces me metía a hacer huevo a los Musimundo que tenían para escuchar música y ese disco lo tenían y me ponía a repetir temas y a entender lo que estaban haciendo y eso es algo que me metió de lleno en el asunto. También en esa época en el centro había un dúo de dos viejos tangueros de mil batallas que tocaban piano y voz. No era piano, era un tecladito de mierda pero se tocaba todo, viejitos con guantes, muertos de frío, y yo me colgaba a mirarlos. A mirar cómo tocaba el piano el tipo ese y ahí aprendí varias cosas. Me acuerdo que ellos vendían un cassette y yo les compré uno entonces después en mi casa desgrababa. En ese momento no había mucha data para sacar qué hacer en el piano. Después hubo gente que se tomó el laburo de desgrabar las orquestas como todo el laburo que hizo Peralta o Varchausky. A mí no me daba la cabeza para tanto pero escuchando un pianito solo sí entonces a partir de ahí iba como robándole cosas a los viejitos estos que no me acuerdo ni el nombre pero el cassette lo debo tener guardado. Y bueno esas fueron influencias que te puedo decir que me fueron empujando aunque todavía estaba lejos de meterme en el asunto pero bueno eso es como que me fue metiendo la semillita.
Buenísimo, me gustó lo del disco ese, lo voy a buscar a ver si lo encuentro…
¡Está, está! Vos sabés que lo estuve buscando un montón de tiempo. Este disco es del noventa y pico y en los comienzos del 2000 no estaba en ningún lado. Yo no lo compré en ese momento, lo escuchaba de garrón ahí en el Musimundo. Y lo busqué un montón y no estaba en ningún lado, en las disquerías no lo tenían y en los primeros comienzos de YouTube no estaba, y ahora re contra está, sí.
Está genial, es un gran dato. O sea que también tuviste una formación bastante autodidacta ¿no? Más allá de tus estudios en el instrumento, hay algo de la formación en música popular que es eso, buscar lo que hizo el otro, tratar de imitarlo, probar, desgrabar y todo eso. Bueno si bien me decís que no sos muy bueno con lo de las fechas ¿hace cuánto que estás escribiendo tangos?
Eso sí me acuerdo bien. El primer tango lo compuse en el año 2007. Es un tango que después grabé y que se llama La casita de Carrasco y la casita de Carrasco es el estudio donde hasta hoy en día yo laburo. Mi amigo Esteban Argentini es el ingeniero del estudio. En ese momento no era estudio, era sala de ensayo y era un lugar de encuentro de amigos, de atorrantes. Me parecía que era un lugar que merecía un tango, como tantos tangos que refieren a lugares donde se junta una barra de atorrantes. Y me acuerdo que fue el año 2007 porque me di cuenta que estaba saliendo ese tango y se acercaba el cumpleaños de mi amigo Esteban entonces apuré a redondearlo para regalárselo para el cumpleaños. Eso me sirvió para darme cuenta que más o menos el formato poético, la estructura de canción, la secuencia de acordes, todo ese formato me gustaba y me resultaba amable para trabajarlo entonces a partir de ahí empecé a componer, pero eran cositas que yo componía y las guardaba en un cajón, no hacía nada con eso porque no sabía ni cómo tocarlo ni tenía un grupo de tango. Yo hacía la letra, la melodía y los acordes y podía muy esquemáticamente tocarlo, cantarlo y no sonaba a tango. Pero la canción sí era tango. En ese momento yo conocía gente que tenía grupos de tango, orquestas y yo siempre soñaba con que se la iba a mostrar, que les iba a gustar y que capaz la iban a tocar, cosa que nunca ocurría y nunca iba a ocurrir. Esa es una enseñanza que me dio la vida que es que cuando uno tiene algo tiene que salir uno a pelear por ello, porque si no nadie más lo hace por vos. Bueno y yo no sabía qué hacer con eso y la gente que sí tocaba tango no le interesaba y en realidad yo tampoco lo mostraba, tenía la ilusión de que lo iba a mostrar y no lo mostraba. Después fui al viejo Goñi, allá en la calle Cochabamba, y empecé a tomar clases de piano tango con Hernán Cabrera y él me enseñó los rudimentos del acompañamiento y de lo que es el piano en función de la orquesta. Y lo que tiene de bueno el rol del piano en la orquesta es que es muy de base, muy de llevar el ritmo, llevás el ritmo y los acordes y entonces al tocar de esa manera me di cuenta que el ritmo se sostenía solo, o sea que con alguna cosita más que le hiciera podía cantarle encima y funcionaba. Eso me hizo un flash importante y empecé a tocar esos temitas que tenía guardados en el cajón y me di cuenta que los podía tocar y cantar y ahí es cuando también me volvió la idea de lo de Virgilio Expósito, de cantarlo así a lo bestia y bueno me di cuenta que tenía un repertorito ahí de temas y en cuanto pude salí a tocar en algún barcito para un par de amigos y bueno así me fui animando. Recién en el 2012 grabé el primer disco con todo ese material que se fue dando a partir del 2007.
Hacés canciones que sin duda son tangos pero la formación de la banda que tenés es, si se quiere, de raíz más rockera con batería y bajo eléctrico ¿cómo conviven en vos esos dos mundos? Esa es una formación natural para vos ¿no?
Si, se fue dando un poco solo porque yo al principio no quería molestar a nadie. Estaba medio cansado de las bandas, había pasado por muchas bandas y dije “no, ahora voy a tocar solo”. Y yo sabía que más o menos si le gustaba a alguien cada tanto se iba añadir alguno y así tuve músicos invitados a los discos y eso. Pero a mí una formación que siempre me gustó es básicamente el trío de jazz. El más común solía ser el de batería, contrabajo y piano y yo además lo vi usar a Carlos Cutaia y me flasheó. Eso de Carlos fue otra influencia más que nada para esta etapa con el grupo. Él tenía batería, contrabajo y piano y yo reemplacé el contrabajo por un bajo eléctrico y le agregué el bandoneón como un instrumento que pueda hacer melodía pero a la vez reforzar lo que son los acordes, la armonía, reforzar lo que es el ritmo y darle toda la atmósfera tanguera ya que el bandoneón tiene esa cualidad. Así que sí, puede sonar un poco rockero también porque aparte los músicos son bastante rockeros pero la influencia fundamental para esa formación es el trío de jazz más bandoneón.
¿Y cómo convienen el Pacha letrista con el Pacha compositor? ¿Siempre escribiste letras?
Sí, siempre. En las primeras bandas que toqué me gustaba hacer canciones. Nunca era el compositor principal pero siempre aportaba alguna canción y siempre me gustó jugar con eso, y después de adolescente escribía poemas en libretitas y me gustaba la cuestión de los versos y eso ¿Cómo conviven? En este momento tanto el letrista como el compositor de música están deprimidos los dos, están abrazados llorando porque no sale nada en este momento. Pero cuando hay alguna idea está bueno, es práctico ser la misma persona ¿viste? En sí el trabajo pienso yo que no es muy diferente a si son dos personas distintas porque hay como una negociación. Yo en general casi nunca parto de una música completa y después le hago la letra o de una letra completa y después le hago la música sino que de pronto tengo un pedacito de música y una idea de letra y veo que hay dos o tres versos que se acomodan y a partir de ahí empiezo como a negociar. Lo armo como un rompecabezas. A veces va un poco por delante la música y a veces un poco por delante la letra pero se van armando un poco las dos cosas a la vez y negociando. Los dos roles los ocupo yo pero son dos roles bien distintos.
¿Y qué crees que tiene que tener una canción para que sea un tango? ¿Qué elementos crees que deben estar presentes?
Creo que tiene que ver con el porcentaje en la sumatoria de elementos. Es como una respuesta muy fría, estoy hablando de porcentajes, elementos. Pero es una respuesta fría a una pregunta que en sí la entiendo como técnica porque hay muchas canciones que tienen un aire o un espíritu tanguero que no son tango. A mí siempre me gustaron ese tipo de canciones. Pero vos me estás preguntado cuáles sí son tangos. Yo diría que hay una cantidad de elementos que tienen que ver con el ritmo, la armonía, la estructura, la forma, las rimas internas en los versos que le dan a una canción esa identidad de tango. Ya te digo, si una canción tiene ritmo de tango, tiene esas rimas internas en los versos, acordes que a uno le resuenan que son más o menos comunes en los tangos pero por ejemplo la forma no es tan parecida a lo que uno espera de un tango tenemos varios elementos que sí y uno que no, se puede decir que sigue siendo un tango y así con todo. Todos esos elementos que te dije pone varios y sacale uno y va a seguir siendo un tango. Me parece que tiene que ver con eso. Yo digo eso para responderte y porque sé que es una pregunta que muchas veces la gente se hace pero después no es una cosa que me importe demasiado porque la música es linda o fea, te llega o no te llega, no importa mucho el género. Si bien a mí me gusta decir que hago tango y me gusta partir de esa búsqueda porque también es la excusa para crear. Crear desde la libertad absoluta a mí no me sale, considero que es difícil, entonces a veces cuando te centras en algo es más posible que salgan cosas. Lo mismo pasa con el tema de los versos y las rimas, muchas veces uno quiere decir algo en una canción y lo que querés decir no entra en la rima que vos tenés que hacer entonces tenés que pensar decirlo de otra manera y muchas veces ese reescribir para adaptarte a la forma, a la forma formal, te hace tener que decir la cosa de una manera mucho menos directa y es donde salen a veces las mejores metáforas, las mejores imágenes porque de pronto con una cosa decís muchas a la vez. En general lo que pasa con las metáforas, y por eso son tan potentes, es porque no te están diciendo eso solo, te están diciendo eso, y otra y otra cosa más. Y la canción es un formato literario tan sintético que estás obligado a usar metáforas, entonces te obligan a ser poético. Eso es increíble, es maravilloso porque si a vos te dejan pones “esta chica me dejó y me duele mucho” que es lo que te está pasando, ahora cuando lo tenés que decir en versos te obliga a exprimir todo lo que te pasa, y a decir varias cosas en cada frase. No necesariamente tenés que decir una sino que tenés que decir varias con cada frase.
Si, está buenísimo lo que decís. Las etiquetas son un poco aburridas. A veces pareciera que porque uno dice que hace una cosa después está encasillado en algo que un poco te atrapa aunque también es cierto que para la composición y para un montón de cosas tener un punto de partida de donde salir o un lugar a donde llegar es más amable ¿no? Porque tal vez desde la libertad absoluta, como decís vos, es más difícil.
Si si.
El tango Interama habla de un parque de diversiones abandonado. A mí me hace pensar en esa idea del esplendor perdido ¿viste los lugares que eran grandilocuentes y con el paso del tiempo y el abandono pasan a ser un espacio más gris y de nostalgia? ¿Es una metáfora de la realidad del momento en que escribiste el tema?
Bueno, son varias cosas a la vez. Ese disco salió en el 2018 pero todas esas canciones empecé a escribirlas tipo por el 2016. Recién ganaba Macri y yo notaba un bajoneo importante en la sociedad, por eso elegí que la tapa del disco sea gris. Y lo que tiene de particular el tema Interama, la torre de Interama o del parque de la ciudad que es como se llamó después, es que está en el lado sur, en el lado pobre de la ciudad y por eso está olvidada. A mí siempre me llamó la atención porque una torre como esa en cualquier ciudad del mundo sería el símbolo de la ciudad. Vos imagínate esa torre si estuviera más o menos por Plaza Francia, por Recoleta, sería el símbolo de la ciudad. O el Obelisco y eso. Y sin embargo esta otra está allá y se ve de todos lados, no de todos lados pero vos te acercas un poquito para lado sur y la ves desde lejísimo porque aparte no hay tantos edificios. Y está ahí siempre como sola, abandonada. Y bueno ¿qué hay al pie de esa torre? Un parque de diversiones abandonado. Y la verdad que para ser metáfora me la dejaron facilísima porque es propiamente la historia de un esplendor perdido, de unas sonrisas, de una alegría que no está más así que digamos que no fue muy difícil de hacer esa canción.
En el tema El tango interminable te reís un poco del género, le sacas ese velo de solemnidad que se le ha puesto, lo personificas, un tango que no es de nadie pero que a la vez es de todos, creo que esta canción es un poco un resumen de tu obra donde está muy presente el humor…
Sí, era un poco la idea. Ahora ya quizás va cambiando un poco la cosa pero en ese momento los de nuestra generación y los más jóvenes también estábamos en la lucha de apropiarnos del tango, porque como sabemos es una música que llegó a niveles de sofisticación alto, que tenía tipos que lo hacían muy bien y eso generó una especie de trauma para las nuevas generaciones, para la gente que empezó a hacer tango a partir de los ´80, ´90, 2000. Una especie de trauma que tenía que ver con que si vos querías hacer cualquier cosa que no fuera el tango tradicional, no era tango y si querías hacerlo con los cánones del tango tradicional estabas copiando algo que ya hicieron hace 50 años entonces era un callejón sin salida, y es un poco hablar de eso, de apropiarse del tango que es una música que suena en la ciudad. Si vos te parás en una calle de Bs As en silencio, no está sonando ninguna música y ves moverse las hojitas de los árboles, ves pasar un coche y miras las casas, a mí me gusta mucho mirar las casas, eso a mí y a mucha gente le suena como un tango. Esa sensación es la que yo tomo en cuenta para decir que el tango es nuestro y que tenemos derecho a hacerlo como se nos antoje. Y la canción habla sobre eso, trata de sacarle la solemnidad y eso sí está, o trato de que esté, presente en mis temas, lo no solemne. Lo solemne en general no me gusta y encuentro mucha solemnidad no solo en el tango tradicional sino en muchos grupos de tango nuevo que son solemnes y a mí no me gusta la solemnidad en el arte en general. Me parece que hace que no conecte, cuando algo es solemne no conecta entonces lo mío trato de que no lo sea.
Después busqué que la melodía y los versos tengan una cierta circularidad, el tema se llama El tango interminable y yo traté de que la composición tenga una circularidad que de una sensación de interminable. En los versos busqué una cosa medio surrealista, un poco al estilo Ferrer, que Ferrer lo debe haber sacado un poco de Girondo y no sé de donde lo habrá sacado Girondo, unos versos así que dan una sensación de libertad, de que la idea puede salir para cualquier lado. Eso es un poco lo que busqué, después salió lo que salió. Y cuando grabé quise hacer tipo una orquesta pero no de tango. Armé unos arreglos de cuerdas sin saber hacer arreglos pero me gustaba que sonara así medio Beatle, en el sentido de cuando ellos hacían cosas con cuarteto de cuerda, y también invité a unos chicos a cantar porque quería voces de niños para darle esa cosa de renovación generacional.
Está buenísimo que me expliques ese guiño de las voces de los niños. Se escuchan al principio del tema pero no lo sabía, está genial lo de la renovación generacional. Y decime ¿cómo ves la movida del tango actual?
Yo estoy un poco desconectado porque salgo poco y ahora con la pandemia salgo menos pero me parece que va mejorando. Los que hacían cosas buenas siguen haciendo cosas buenas y aparece gente que yo ni tenía haciendo cosas copadas. Me parece que la movida del tango nuevo está dejando un poco de lado cierto complejo adolescente. ¿Qué quiero decir con eso? Viste que el adolescente se pelea con los padres y después cuando madura ya sabe que los padres son distintos, no necesita pelearse para diferenciarse de ellos, de hecho hasta les da la razón. Me parece que el tango de los principios del 2000 estaba muy contestatario con el tango tradicional y como muy sobreactuando la rebeldía con lo tradicional y ahora lo siento más relajado y eso me gusta. Todavía siento un poco de déficit en el tango canción, en cuanto a encontrar canciones que me emocionen pero bueno no puedo culpar a nadie porque yo tampoco las puedo hacer en este momento, no se me ocurre nada, no es fácil y en otros estilos de música pasa lo mismo, no es solo del tango. Pero en general lo veo bien, hay muchas cosas que me gustan.
Sí, creo que estamos viviendo una época bien fulera para hacer cosas en general. Todo el llamado ese mainstream no tiene nada que ver con el tango. Cada vez que abrís el Instagram y ves reels de 20 segundos con pibas bailando moviendo el culo decís “¿qué estoy haciendo grabando un disco de música instrumental? La gente consume esto” Porque no es que uno quiera hacer eso pero uno se pone a hacer algo que no sabe ni quien va a escuchar. Ayer me tomé un taxi y la media hora que duró el viaje el chabón escuchó todo el rato una música que no se qué era pero que la letra era totalmente patética y deprimente, la voz toda pasada por una máquina, qué sé yo… estamos tan lejos de algo como más tangible, reflexivo, profundo…
Es difícil, yo igual me imagino que cosas parecidas pasaron en muchas épocas de la historia. Lo que no se puede es querer hacer otra cosa que lo que vos sentís que tenés que hacer ¿Qué quiero decir? que por ejemplo si vos hicieras los reels moviendo el culo seguro que te saldría mal. Vos decís “uh tiene 20 millones de vistas voy a hacerlo yo” y no seguro que no te sale, vos tenés que grabar tu disquito de tango y que lo vea la gente que lo ve. Y después a veces esas cosas se resignifican en otro tiempo ¿viste? Mirá, esto que te voy a contar no es proporcional a lo que hacemos nosotros pero es interesante y tiene que ver con lo que vos estás hablando. La otra vez miraba un reportaje a Charly que hablaba de cuando ellos hicieron Adiós Sui Generis en el Luna Park, que fue un concierto doble que hoy día es como un hito en la historia de la cultura argentina. Charly decía que en ese momento, al otro día, de todos los diarios solo en uno salió un cuadradito así (hace con la mano un cuadrado chiquito) que titulaba “Reunión de hippies en el Luna Park” y contaba un poquito. O sea, en ese momento lo que ellos hacían era una cosa totalmente marginal que no estaba en los medios y que la mayoría de la gente no lo registraba ni lo entendía. Y hoy, un montón de años después, está totalmente resignificado y es un hito en la historia cultural argentina. Y si Charly se hubiera muerto esa noche nunca se habría enterado de que era tan importante lo que habían hecho esa noche. Y lo que nosotros hacemos, bueno o malo, es la continuidad de la música de Bs As. Tiene un valor de legado importante y esto yo lo puedo decir con total humildad, porque no significa que lo que yo hago es bueno o lo que vos haces es bueno, lo importante es hacerlo y en la cantidad quedará lo bueno. No sabemos qué va a ser lo bueno o no pero lo importante es hacerlo y el legado se continúa y hay modas que a veces permanecen y otras que no. Los Beatles cuando empezaron podían ser una moda y después se demostró que no. Pero hay un montón que quedó demostrado que era una moda porque yo te los nombro hoy y ni los conoces y los miras hoy y te parecen ridículos y mucho de lo que hay ahora es muy efímero todo. Yo el otro día pensaba en una banda que había hecho un video muy bueno con una canción muy buena en YouTube y habían tenido en poco tiempo 6 millones de reproducciones, te digo una banda de acá, pibes así como nosotros. 6 millones de reproducciones, una guasada y no pasó más nada. O sea pero no pasó nada de nada, ellos no despegaron y si tocan ahora no van a verlos ni diez personas ¿Cómo puede ser? Es muy loco eso, el tema de las reproducciones, de los me gusta, es como una cosa muy instantánea. El nombre Instagram es fabuloso porque es lo instantáneo puramente.
Sí, totalmente…
Hoy además leí una nota muy buena en Página 12 donde el tipo decía “estaría bueno que los periodistas hagan notas necrológicas antes que se mueran y que el artista lo vea” y lo ponía en relación a las últimas muertes, Palo Pandolfo, Willy Crook, Rosario Bléfari. Los tipos empezaron a tener en una semana una cantidad de reproducciones impresionantes, gente que se enteró que existían, gente que se enteró que era buenísimo lo que hacían y que si el tipo seguía vivo no lo iban a saber ¿viste? Y todo esto tiene que ver con que a veces lo que uno está haciendo no lo cosecha uno, no sabés a dónde va lo que uno hace. Es así.
Si, ni hablar es muy cierto eso que decís. Además pienso que es difícil, cuando uno es contemporáneo a un fenómeno, tomar dimensión de las cosas mientras suceden. Mirar al pasado siempre hace que algunas cosas parezcan más grandilocuentes de lo que fueron, otras no, otras se resignifican pero bueno la distancia hace que se pueda mirar con otro enfoque. Y es cierto lo que decís de cómo estamos metidos, sin querer, en la lógica de las redes. Los grupos están en eso, y si no estás en Spotify no existís y si no tenés no sé cuántas reproducciones significa nadie te escuchó. Nos empezamos a medir por unos números, es algo medio nefasto pero bueno están ahí dando vueltas…
Si, y lo que te digo es que esos números no son nada. Por eso más allá de los golpes de efecto que vos podés dar haciendo un buen video, algo que llame la atención y de muchos clicks o lo que sea, esos son golpes de efecto que están bien y a veces sirven para venderse uno pero me parece que lo que importa es el camino que uno va haciendo donde de pronto una canción no es una obra aislada que se pierde sino que es parte de una obra más general, de un cierto sentido estético. Yo trato de buscar eso. De hacer como una carrerita de un sentido estético. Me parece que es lo que suma y lo que le da el marco también para que alguien se cope con algo y sienta que ese algo le llega.
Volviendo un poco a lo que hablábamos de la movida actual del tango ¿qué crees que le falta al género? ¿Qué podría tener que no tiene? Si es que le falta algo ¿no?
Sí sí, claro que le falta. Mirá, así poniéndome como pretensioso te puedo decir un montón de cosas que estarían buenísimas. Estaría bueno que haya más canciones, estaría bueno grupos bailables, que los hay ¿no? Yo digo más. Hay un montón de milongas en Bs As, ¿por qué no podría haber una de esas milongas en una cancha de básquet enorme con una orquesta o un grupo que los prenda fuego a todos como ocurría en los años ‘40? Sumaría al género, quiero decir a nivel comercial, nos sumaría a todos lo que pasa es que hay que saber hacerlo con onda. Yo no lo sé hacer así que no lo voy a hacer. Y después canciones, todo lo que te estoy diciendo apunta a expandir desde lo popular. Todo lo que es impopular pero que es maravilloso musicalmente y todo eso estamos muy bien, con eso estamos bárbaro pero lo que es popular siento que faltan cosas realmente con onda y relajadas a la vez. Que no traten de ser otra cosa distinta que lo que son.
Si, está lleno de eso. “El tango será popular o no será nada” pero no lo está siendo en este momento, realmente no lo es, o lo es en unas variables y proporciones muy de ghetto ¿no? La popularidad en este momento está en otro lado.
Sí, y es una pena porque cualquier cosa que hagas tiene una proyección internacional ¿viste? El mercado no es solo Argentina, Bs As, es el mundo. Porque el tango lo escuchan en todo el mundo, hay milongas por todo el mundo, es algo que está ahí para agarrarlo. Hay orquestas de salsa famosas en todo el mundo, hay orquestas de jazz famosas en todo el mundo, hay grupos de música balcánica y así te puedo decir con todos los estilos más o menos reconocidos internacionalmente. Y en el tango sí, hay orquestas que hacen giras y todo eso pero siempre en ghettos chiquititos. A mí me parece que ahí hay algo que no se pudo hacer por falta de llegada al oído y a la sensibilidad popular.
Bueno y hace muy poquito salió tu último trabajo discográfico que se llama “Rincones sagrados”, contame un poco de este trabajo…
Buenos son tres canciones que surgieron en la época de la cuarentena. Una es instrumental y las otras dos tienen letra. Surgen en ese primer momento de encierro casi absoluto en el que empecé a recordar mucho cosas mías. De otras épocas, infancia, adolescencia, situaciones de otros tiempos y ahí surgieron esas canciones. Perros y ambulancias habla de la época adolescente y primera juventud sobre todo cuando salíamos con los amigos a atorrantear a la noche, toda esa emoción de salir a hinchar los huevos y esa sensación de que todo es posible, ese deslumbramiento. El otro que tiene letra que se llama Escena milagrosa también es como un relato amoroso de un tiempo pasado, una historia amorosa que no es en particular una historia sino que hay elementos de varias historias que uno va metiendo en una canción pero un poco lo que busco que se sienta al escucharlo es eso. Fue todo bastante hecho en soledad, los arreglos pasados a los músicos sin verlos. Los estudiaron en sus casas, nos juntamos a hacer un ensayito y ya a grabar directamente, todo así muy pandémico.
Muy tremendo esto de la pandemia para la producción. Pareciera que tenemos que pedir permiso ahora para hacer las cosas porque ahora la norma es no tocar. Hace tanto que no se toca en vivo que ya no se sabe cómo es…
Sí, te saca un poco las ganas.
Sí y también esa sensación todo el tiempo de que no se puede planear nada. Ponés una fecha y después se cae porque cierran o uno se enferma y todo así…
Si, lo único lindo de todo esto es que después cuando haces una fecha es re lindo. Yo acá lo experimenté en Casa Cardoso. Empezamos a hacer cosas el verano pasado. Después de toda esa cuarentena llegó el calorcito y yo veía venir a gente acá que a veces me decía “es la primera vez que salgo” ¡y había una emoción! eso fue re lindo. Así que bueno esa es la parte linda.
Si, totalmente. Contame de Casa Cardoso. Todavía tengo pendiente ir a conocerla. Cómo surgió, cómo lo armaste…
Estaba en un momento de mi vida en que necesitaba un cambio y se dieron dos cosas, que necesitaba el cambio y que podía hacerlo por una oportunidad que se me dio. Entonces me mudé y quería que mi casa fuera un lugar donde se puedan hacer cosas artísticas. Estuve arreglando la casa esta que estaba destruida. Pusimos la mano de obra con amigos y lo hicimos. Siempre somos el mismo grupo de amigos que cuando uno necesita mano de obra nos vamos mudando y bueno con esa gente laburamos acá. Y en cuanto se pudo empezar a hacer cosas fue una linda comprobación de que me sentía bien, de que me gustaba hacerlo. Lo sentí bien. Yo soy un tipo poco sociable, poco salidor pero necesito la sociabilidad porque si no me deprimo. Es rara la situación. Entonces descubrí que podía hacer que la gente venga a mi casa y entonces las cosas pasan acá. Así que fui bastante feliz haciéndolo.
¡Es un buen combo entonces! De alguna forma tenés cubierta tu cuota de socialización. Y decime ¿en qué otras cosas dedicas tu tiempo? ¿Qué otras cosas que no sean la música te gusta hacer?
Me gustan mucho las tareas manuales. Cuando estuvimos acá en reforma o cuando pinta laburo así manual me hace re bien. Es una buena combinación para todo lo que es el trabajo más intelectual. Pero eso son como oleadas, momentos en que hago cosas porque pinta hacerlas. En mi vida ideal haría cosas manuales o saldría a cortar leña por ejemplo, cosa que acá en Bs As no se puede hacer pero son cosas que me gustan. Y después bueno, salgo a pasear con el perro, me gusta caminar con mi perro, me gusta este barrio porque aparte cambié de barrio, ahora estoy en Floresta. Me gusta el cine, me gusta leer. El cine es una manera de decir, me gusta ver películas y las miro acá. No voy al cine por lo que digo que soy poco salidor pero bueno. Miro fútbol, eso.
¿Qué música escuchas?
Muy variado che. Fuera de lo que es el tango que ya podríamos decir que es obvio me gusta el folklore. De pronto puedo poner un disco de Carlos Vives, uno de cumbia noventera. Me gusta lo que se llama rock indie, por ponerle una etiqueta. Hace muy poco Paul McCartney sacó un disco que está buenísimo. A mí nunca me gustaba mucho Paul Mc Cartney solista pero este está tan bueno. Me gusta mucho descubrir cosas. Me gusta mucho la música brasilera que siempre saca artistas nuevos muy buenos. Brasilera me gusta todo tradicional, Chico Buarque, Paulinho da Viola, Gilberto Gil, Joao Gilberto y tipos de ahora también que ni me sé los nombres porque también pasa eso, los descubrís en Spotify, lo ponés en tus favoritos y entrás y ni mirás el nombre o ni te lo acordás. Pero Brasil me gusta mucho, y después siempre un disquito de Charly, Spinetta, nunca están demás.
Un deseo que tengas que se pueda compartir, que quieras compartir…
Que se pueda compartir (risas) mmm, ¿deseo? No, no se puede compartir ninguno, todos son incompartibles (risas) pero no porque esté mal sino porque me da pudor.
¿Te puedo preguntar cómo te llamas? No sé tu nombre…
Pablo me llamo.
¿Con qué argentino muerto te tomarías un mate?
Y…con Homero Manzi.
Ah bien ¡qué personaje!
O con Leopoldo Marechal, ahora me mataste.
No, está bien. Se puede elegir
Podés poner a Leopoldo Marechal porque a Leopoldo Marechal le puedo preguntar quizás por Manzi.