Al llegarme esta propuesta de contarles cuál es mi Tango Favorito de Hoy, sentí que iba ser mi injusto conmigo ya que disfruto de un gran número de composiciones de muchísimos colegas que admiro y aprecio. En muchos casos, he visto o vivido el proceso de creación, de ensayo, hasta de escritura de algunos de esos temas que bien podrían ser mi elección.
Lo voy a tomar al pie de la letra y voy a elegir el preferido de Hoy, 7/6/2021.
Como bien sabemos, estas elecciones están pasadas por la propia subjetividad. Entonces, Sin pudor, voy a dar rienda suelta a este aspecto, algo que me libera de varias interpretaciones inertes, como por ejemplo si es “Tango” o no, si el tango se puede hacer con batería, o con bajo eléctrico, o si es bailable, etc..
Le Petit Rhone & La Cigale, de Violentango, en mis oídos está más que teñido por la subjetividad, siempre que lo escucho tengo la misma sensación, y siempre me sorprende su desarrollo por la cantidad de emociones que me provoca.
Para comenzar, su aire tanguero, ambiguo, en el comienzo, que prontamente deriva en algo más complejo, introduce uno de los ejes de la composición; otro eje claro es el dejo flamenco que perfuma todo el tema, y la espacialidad que gana con los acordes de guitarra del comienzo.
Un punto clave es la entrada del bandoneón, que sorprende con su lenguaje. Las interrupciones entre partes que nunca son de silencio total, dan aire para un recomienzo borroso y paulatino. La sensación de que aún queda más por decir me queda hasta el mismísimo final.
Todo el lenguaje del tema, los acordes de guitarra, la batería, el bandoneón, la estructura, una combinación que bien pudo haber sucedido 25 años atrás en la casa de mi vieja, escuchando música sentado de frente a los parlantes, escuchando simplemente, probando cosas en la guitarra, o el bandoneón o mirando las leyendas o libros de los discos.
Violentango con su estilo, y en particular, a mi parecer, especialmente con este tema, nos da un camino muy propio y muy original, algo que también es característico del tango en general.
Desde sus comienzos de guitarra, flauta y violín, hasta la época “Decareana”, la década de los 40s con sus orquestas, los letristas, lo ejecutantes, los arregladores, los compositores, la vanguardia, Troilo, Pugliese, Salgan, Piazzolla, Darienzo y muchísimos mas, mucha música, mucha poesía y sobretodo un género que en sus poco más de 100 años de existencia no ha parado de avanzar, de mutar, palabra tristemente de moda, de reflejar el tiempo y la ciudad.
Esto no sólo es una característica más de este género, me animo a decir que es la cualidad que lo mantiene vivo, y la que lo hará inmortal.
Alguna vez escuché una frase que me parece muy elocuente acerca de qué es un buena canción, el protagonista decía…, una linda canción es una buena melodía, una buena letra, una buena ejecución y algo más que no se sabe que es, pero que es lo que hace que sea una linda canción….
Daniel Ruggiero es bandoneonista y compositor en Quasimodo Trío
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Ilustración por María Belén Sigismondi