Cada vez que me piden que escriba sobre mí siento que muero por dentro. Al final me hago la tonta y digo que me olvidé.Aunque no me olvido,es un culposo sentido de la responsabilidad que me atormenta como una secretaria exasperante y sádica: “no terminaste esto”, “tenés que responderle a tal”.
Estudié fotografía varios años y me dediqué a eso de lleno.Luego me recibí de realizadora, estudié dirección, actuación y dramaturgia. Embarazada hasta los huesos de mi primer bebé, de un tiempo a esta parte estoy abocada a proyectos de dirección en teatro y en video. También dibujo y pinto mucho junto a mi marido, que es ilustrador.
No creo en la originalidad. Creo en la creatividad. Y eso es para mí algo tan importante como esto: poner en el mundo algo que antes no estaba.
Llegó un momento en que algo empezó a incomodarme y fue darme cuenta de que todosestábamos haciendo las mismas imágenes y contando lo mismo.Misma situación, encuadre, luz, mismo todo. Hasta la búsqueda de no parecerse a nada es idéntica.
Deseo que muera pronto, derretida de vergüenza, la idea del artista como rockstar, aquél que está por encima de su propio trabajo. La vida contaminada por el culto a la personalidad y la delusión contínua de una plenitud falsa, inmediata y forzada.
Esto que poco se parece a una bio, es más una declaración de principios, o hablar de una búsqueda. Que es en donde prefiero situarme. Ser creativo es alejarse de la tierra pisoteada de lo que dio resultado a los otros en otro tiempo.Y abrir otros caminos.
