La conversación está casi muerta,
y pronto lo estarán muchos de los que saben hablar.
GUY DEBORD, Comentarios sobre la sociedad del espectáculo (1988)
Cuando llegué a Buenos Aires me sentía aturdida y embelesada, en partes iguales y sin importar el orden de estos términos. Me acompañaban la incertidumbre y las ganas de quien empieza algo nuevo. Enseguida supe que entre tantos ruidos, carteles, edificios, cemento y plástico había algo que estaba ahí vivo sonando y que era lo que yo estaba buscando. Casi por casualidad (como si no lo hubiera estado persiguiendo) me topé con el tango nuevo y un montón de gente detrás de eso que, como obreros, trabajan cada día incansablemente por el desarrollo del género. Letristas, instrumentistas, compositores, organizadores de milongas, realizadores audiovisuales, poetas, investigadores, escritores, somos muchos.
Es de esa gente que intenta hablar esta columna. En tiempos donde la imagen se impone y la palabra parece que solo encuentra lugar en pantallas y dispositivos, sentarse a conversar se convierte en un refugio y dejar un registro se vuelve algo urgente. Es palabra santa.
Renata Lemenz