A principios de los ´90, mis ídolos, o mejor dicho, los artistas que admiraba, eran figuras extranjeras, lejanas, y generalmente difuntas. Eso cambió cuando empecé a dedicarme al tango: la inmensa mayoría de los artistas que hoy admiro son gente con la que suelo compartir la mesa, o directamente considero mis amigos. éste último es el caso de Juan Otero, compositor de El Aparecido, en colaboración con otro gran autor de ésta época y su compañero en el cuarteto La Púa: Lele Angeli.
La obra en cuestión, me parece un hallazgo por varias razones: un lenguaje netamente tanguero desde las primeras notas de la intro, pero, aggiornado por la incesante búsqueda armónica y melódica de Juan, que jamás le esquivó al riesgo ni como compositor ni como violero, ha logrado en ésta obra un hermoso balance entre proyección y tradición, con una voz propia, balanceada y algo chúcara. La letra, escrita en colaboración con Lele, logra transmitir (a mi juicio) una atmósfera de bronca, denuncia y terror sin caer en el panfleto ni la univocidad, síntomas cada vez más recurrentes de la necesidad de inmediatez en ésta época tan superficial.
Por último, sostenida por la larga y comprometida trayectoria del cuarteto, la piña demoledora y final: la voz y la interpretación casi místicas de Vicky Di Raimondo, otro innegable baluarte del tango de éstas épocas.
Pablo Ciliberto es bandoneonista y compositor en Ballena Blanca.
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Ilustración por María Belén Sigismondi